El fragmento de hoy nos explica que Saúl perseguía a David y, he aquí, que Saúl, al entrar en una cueva para hacer sus necesidades, queda indefenso en manos de David; pero éste no aprovecha la ocasión para vengarse, sino que lo respeta. Esta actitud, que agranda la figura de David, puede hacernos pensar cuál es mi actitud cuando me encuentro en la situación de poder ridiculizar, humillar a mi prójimo, aunque éste sea un enemigo.
Señor, que sepa ser magnánimo con mi prójimo, aunque éste me desee el mal.