«Los que cumplan santamente las leyes divinas serán santificados… Así, pues, desead mis palabras; anheladlas, y recibiréis instrucción». Estas palabras y otras que iremos encontrando son como una exhortación a hacer un examen de conciencia. Estamos al final del ciclo litúrgico y todo tiene este aroma.
Haz, Señor, que el deseo por Ti perdure siempre en mí.