La gran tarea de Dios, desde que el hombre salió del paraíso, es intentar una y otra vez rehacer el vínculo con los hombres que muchas veces tomó el nombre de alianza; pero esta palabra, con el paso de los tiempos, se ha ido envolviéndolo de sentidos diferentes. Hoy, por ejemplo, se nos recuerda: « No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto», sino que será de otra manera muy sugerente y comprometedora, porque la alianza consistirá: «Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo». Para mí, ¿qué significa dejar que Dios escriba su voluntad en mi corazón?
Señor, con el salmista, te pido, que hagas renacer en mí un espíritu firme.