Ayer nos hacíamos la pregunta: ¿qué debo hacer para vivir las promesas? Hoy te contesta la misma carta a los cristianos Hebreos: «Tengamos la mirada fija en Jesús, que ha abierto el camino de la fe y lo lleva a cabo». De hecho, si no apartamos la mirada distrayéndonos en otras cosas, veremos que Él «acepta el suplicio de la cruz». Esto es muy duro.
Señor, hazme entender en mis momentos de cansancio y debilidad el sentido que tiene el camino de la fe, que no me canse, que no me desanime. ¡Dame la fuerza que necesito!