El texto de hoy nos habla de la fuerza de la oración. Moisés ante el reto de vencer a los enemigos, mientras el pueblo combate contra los amalecitas, él «tenía en alto la mano» (la actitud típica de quien ora), y el relato comenta que mientras lo hacía así, «vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec». ¿Qué es lo que te hace más difícil poder tener una actitud de oración constante? ¿Has intentado cambiar alguna actitud tuya?
Di con el salmista: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.