Jeremías hace ver en la primera parte de la lectura de hoy cómo el pueblo que había abandonado el amor de Dios ha recibido las consecuencias que son la soledad y la enfermedad: «Tu fractura es incurable, tu herida está infectada; tu llaga no tiene remedio, no hay medicina que la cierre. Tus amantes te han olvidado, ya no preguntan por ti, pues te herí como un enemigo, te di un escarmiento cruel». Ahora bien, el profeta también anuncia una nueva vida: «Cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, voy a compadecerme de sus moradas». Dios es fiel al amor y reanuda para levantar el pueblo querido. ¿Cuál es tu reacción ante quienes profundamente te han herido, humillado, traicionado?
Señor, que sepa amar como tú amas.