Sólo la ternura de Dios es capaz de responder a la infidelidad del pueblo creyente con las palabras que nos transmite el profeta Oseas: «Yo la persuado, la llevo al desierto, le hablo al corazón». Dios te habla de esta manera cuando eres consciente de tu infidelidad. ¿No lo percibes? Quizá es que todavía tienes demasiado ruido a causa de las ocupaciones en tu corazón.
Señor, que oiga.