Cuando Amós profetizaba, incomodaban sus advertencias. Lo hacía por medio de imágenes como la que nos presenta hoy: «Tu mujer deberá prostituirse en la ciudad…» refiriéndose al pueblo creyente. Muchos creyeron que esta manera de decir era una especie de complot político contra el rey, y que detrás de él había otros profetas que deseaban imponerse. Lejos de eso, Amós dice que él no pertenece a ningún grupo de presión profética, sino que era un hombre sencillo de pueblo: «el Señor me arrancó de mi rebaño», y que el Señor lo llamó para esta misión. Amós predica contra corriente: cuando todo va bien (el reinado de Jeroboam estaba en su cenit) anuncia que esto no lleva a ninguna parte. ¿Qué crees que hoy habría que denunciar en tu entorno? ¿Estás dispuesto? ¿También tú eres una persona corriente, como Amós, que no perteneces a ningún grupo de presión eclesial?
Señor, que la fidelidad a tu Palabra sea mi única razón de ser y de actuar.