A menudo somos inconscientes del daño que hemos hecho, sólo nos damos cuenta cuando vemos que lo hacen los demás. De esta manera Natán hace ver a David su pecado por la muerte de Urías. David, entonces, reacciona y reconoce su pecado. Nosotros, ¿también reaccionamos rápidamente, como David?
Señor, fulmina mi obcecación. ¡Perdóname!