1R 19, 4-8
Elías ya está cansado de luchar, parece que su vida es un auténtico fracaso; tanto es así que dice: «¡Ya es demasiado, Señor! ¡Toma mi vida, pues no soy mejor que mis padres!». La respuesta de Dios es una llamada a la lucha: «Levántate, come». La última vez que se lo dice, el Señor añade: «pues el camino que te queda es muy largo». El desánimo se puede apoderarse de nuestro espíritu; seguramente que hay un montón de experiencias que objetivamente avalan este sentimiento; ¿Por qué crees que, sin embargo, Dios nos invita a ir adelante?
Señor, que no me olvide que he sido llamado a servirte; que no deje nunca de servirte.