Hoy, día 20 de mayo, celebramos la festividad de san Bernardino de Siena, presbítero, y la de san Baudilio (Boi), mártir.
San Bernardino de Siena, presbítero
Bernardino Albizzeschi nació en una familia noble cerca de Siena, en 1380. Hombre de estudio y de piedad, en ocasión de la peste de 1400, junto con sus compañeros, se dedicó a atender a los enfermos, hasta que él mismo enfermó, quedando varios meses postrado en cama. Tras recuperarse, a los 22 años ingresó en la Orden de los Franciscanos de la Observancia, caracterizada por su gran austeridad y pobreza.
Con una sólida formación profana y teológica, en los últimos años de su vida destacó por la eficacia de su predicación, que atraía a muchísimas personas. Se levantaba a las 4 de la mañana y durante varias horas preparaba sus sermones. A menudo, sus homilías provocaban la conversión de sus oyentes. En una ocasión predicó contra los juegos de azar, y la gente quemó todos los naipes que poseía; un fabricante de cartas se quejó porque aquello lo llevaba a la ruina, y el santo le aconsejó que imprimiera estampas. Así lo hizo, y ganó más dinero que con las cartas.
Fue un gran apóstol de la devoción al Nombre de Jesús y propagador de su anagrama (IHS, Iesus Hominum Salvator). En 1438 fue elegido Ministro General de la Orden Franciscana, continuando con el espíritu de reforma de la misma: los conventos pasaron de 20 a 200, y los frailes de 300 a 2.000. Tuvo conflictos con poderosos que querían comprar su silencio. Acusado de prácticas supersticiosas y de herejía, fue rehabilitado por los papas Martín IV y Eugenio IV.
Murió un 20 de mayo del año 1444, y dejó muchas obras escritas. Fue canonizado seis años después, en 1450.
San Baudilio de Nimes (san Boi), mártir
Fue un cristiano del siglo III de la ciudad de Nimes, Francia. Según un relato del siglo IX, Boi habría sido decapitado en un bosque cerca de Nimes, donde vivía como ermitaño, durante la época de las persecuciones romanas, por negarse a ofrecer sacrificios a los ídolos. De acuerdo con la leyenda, su cabeza habría rebotado tres veces en el suelo, y en cada rebote brotó una fuente. Allí se construyó una capilla, la iglesia de Trois-Fontaines.
Suele ser representado como diácono por haber proclamado el Evangelio con valentía. Su nombre parece derivar de una palabra celta que significa “victorioso”.