He aquí un resumen de la vida de la primera Iglesia: «la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y progresaba con el consuelo del Espíritu Santo». ¿Hoy la Iglesia vive así? Pero quizá sería mejor preguntarnos directamente a nosotros mismos porque formamos parte de la Iglesia. ¿Vivimos en paz? ¿Crecemos, construyéndonos interiormente? ¿Somos conscientes de la presencia de Dios? ¿Escuchamos la voz del Espíritu?
Señor, que vivamos con el espíritu de las primeras comunidades cristianas.