Cuando Isaías anuncia a Ezequías el fin de sus días, este ora así: ««¡Ah, Señor!, recuerda que he caminado ante ti con sinceridad y corazón integro; que he hecho lo que era recto a tus ojos». ¿Podrías hacer esta oración, ahora? Señor, sólo en ti descansa mi alma.