Hoy, día 19 de julio, celebramos la festividad de: las santas Justa y Rufina, vírgenes y mártires; de santa Macrina, virgen; de santa Áurea, mártir; y del beato Pedro de Cadireta, mártir.
Santas Justa y Rufina, vírgenes y mártires
Según una sólida tradición, eran dos hermanas cristianas nacidas en una familia humilde en Sevilla hacia el año 270. Alfareras de profesión, a finales del siglo III, con motivo de una procesión pagana, confesaron su fe en Cristo, negándose a ofrecer para el culto de Adonis los utensilios de barro con los que se ganaban la vida. Esto provocó una pelea que las llevó a prisión, donde fueron torturadas para hacerlas apostatar. Finalmente, santa Justa murió en la cárcel y santa Rufina en el anfiteatro. Son especialmente veneradas en Sevilla, Manises y Orihuela.
Santa Macrina la Joven, virgen
Nacida en Capadocia hacia el año 327, fue la primogénita de diez hermanos y hermana de los santos Basilio el Grande, Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste. Fue educada cuidadosamente por su madre. A los 12 años fue prometida en matrimonio, pero su prometido murió repentinamente. Rechazó otros pretendientes y se consagró como virgen, estableciendo el ideal de la mujer santa en los primeros siglos del cristianismo. Cuando su madre quedó viuda, convirtió la casa familiar en un monasterio y se retiró con una comunidad de vírgenes. Al morir en el año 379, ofreció su vida con el deseo de ser recibida en las manos de Dios como perfume de incienso.
Santa Áurea de Córdoba, mártir
En el siglo IX, la autoridad musulmana imponía que los hijos de padre cristiano y madre musulmana debían ser musulmanes; de lo contrario, se consideraba apostasía y podían ser condenados a muerte. Este fue el caso de Áurea, una joven de Sevilla, hermana de los mártires Adolfo y Juan, que ingresó en el monasterio cordobés de Santa María de Cuteclara, foco de reivindicación de la fe cristiana frente al islam. Denunciada, al principio renunció a su fe, pero más tarde reafirmó la supremacía de Jesucristo sobre Mahoma y fue decapitada en el año 856.
Beato Pedro de Cadireta, mártir
Este dominico nació en Moià en el siglo XIII y, siendo muy joven, ingresó en el convento de Santa Catalina de Barcelona. Fue inquisidor general de Aragón y murió en La Seo de Urgel, lapidado por un grupo de albigenses.