Hoy, 18 de noviembre, celebramos la festividad de la Dedicación de las basílicas de san Pedro y san Pablo, apóstoles, y la dedicación de la catedral de Barcelona.
Tal día como hoy, en el año 1626, el papa Urbano VIII consagró la basílica de San Pedro en el Vaticano, que había comenzado a construirse más de cien años antes, en sustitución de la que el emperador Constantino había mandado edificar en el siglo IV sobre el lugar donde había sido enterrado el apóstol Pedro.
Y hoy también recordamos, uniéndonos como es tradición, las figuras de los dos grandes apóstoles; la consagración de la actual basílica de San Pablo, realizada por el papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, restaurada después del incendio que la devastó en 1823, situada también en el lugar de la tumba del apóstol, en el camino de Ostia.
De la dedicación de la catedral de Barcelona, es importante recordar que el templo actual es la tercera catedral, construida a partir de 1298 a lo largo de 150 años, sin contar la fachada del siglo XIX y el cimborrio, terminado en 1913. La catedral anterior, románica, había sido consagrada el 18 de noviembre de 1058. Ya el concilio barcelonense de 599 menciona a la Santa Cruz como titular de la sede.