Hoy, día 18 de junio, celebramos la festividad de los mártires san Marcos y san Marceliano; y la de san Gregorio Barbarigo, obispo.
San Marcos y san Marceliano, mártires
Fueron auténticos mártires romanos de la persecución de Diocleciano, a comienzos del siglo IV, de quienes se sabe muy poco. La leyenda los presenta como hermanos confortados por san Sebastián, y que poco antes del martirio fueron ordenados diáconos por el papa Cayo.
San Gregorio Barbarigo, obispo y cardenal
Hijo de familia noble, nació en Venecia en el año 1625. Recibió una sólida formación intelectual y religiosa, completando sus estudios en la Universidad de Padua. Fue ordenado sacerdote y nombrado canónigo de Padua y prelado de la Casa Pontificia por Alejandro VII. Antes de ser obispo de Padua, ejerció como secretario, diplomático veneciano y embajador en la corte de Felipe IV de Castilla. Junto con el rey participó en el tratado de paz de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años, y viajó a Ámsterdam, Hamburgo, Copenhague, Lérida y otras capitales.
Catequista incansable, fundó más de cuarenta escuelas de doctrina cristiana en su ciudad enseñando en lengua vernácula, fundó varios seminarios y trabajó por la reunificación con las iglesias orientales. Repetía: “para el cuerpo no se necesita mucho alimento, pero para el alma son necesarias muchas lecturas, y que sean bien espirituales”. Murió el 18 de junio de 1697. Su canonización fue proclamada en el año 1960. En Cataluña recibe culto en La Sénia y Ascó.