Hoy, día 17 de septiembre, celebramos la festividad de san Roberto Bellarmino, obispo y doctor; la de santa Hildegarda, virgen y doctora; la dedicación de la catedral de Vic; y la de santa Ariadna, virgen.
Robert Bellarmino nace en la Toscana, Italia, en 1542. Jesuita bien formado, más controversista que conciliador, se convirtió en un reconocido teólogo. Enseñó en Lovaina y en Roma, y después ejerció importantes responsabilidades en la Curia romana, donde despliega sus grandes dotes diplomáticas y teológicas. Fue arzobispo de Capua y cardenal, la gente admiraba la sencillez con la que vivía. Repuso en la paz del Señor en 1621.
Hildegarda von Bingen nacida en Bermersheim, Palatinat, en 1098, es un personaje fascinante. Educada a partir de los ocho años por las monjas del monasterio benedictino de Disinbodenberg, años más tarde, en 1136, se convirtió en abadesa y comenzó su labor organizadora. Fundó nuevos monasterios bajo la regla de san Benito, como el de Rupertsberg (1147) o el de Eibingen (1165), Hildegarda promovió la vida cenobítica y al mismo tiempo se preocupaba por los problemas de la época, como la reforma de la iglesia. Mística, que además sobresalió en teología y composición musical; aparte sus escritos, con rasgos proféticos y visionarios, que fueron poco comprendidos debido a la aparición de la escolástica, redactó un tratado dogmático, Scivias, y se interesó por la medicina y la botánica. Murió en Rupertsberg, Palatinado, en 1179. Venerada como santa, Hildegarda, ha sido declarada Doctora de la Iglesia Universal, por el papa Benedicto XVI.
Si bien las primeras noticias sobre el cristianismo en la antigua Ausa son del año 516, la reorganización del obispado y de sus iglesias episcopales, son obra de los siglos IX y X. Oliba, reconstruyó totalmente la catedral de san Pedro de Vic , que fue consagrada el 31 de agosto de 1038; restan el campanario y la cripta. Fue sustituida en el siglo dieciocho por el actual templo neoclásico, consagrado el 15 de septiembre de 1803.
Ariadna, una cristiana con nombre famoso dentro de la mitología griega, murió mártir por su fe en la ciudad de Prymnessos, en la región de Frigia (Turquía actual). seguramente en tiempos del emperador Adriano, en el siglo II.