Hoy, día 17 de diciembre, celebramos la festividad de: santa Olimpíades; del beato Jacint Cormier; de san Llàtzer de Betania; y de san Joan de Mata, presbítero.
Olimpíades socorrió a san Juan Crisóstomo durante su exilio, y este la felicitó por haber fortalecido con su ejemplo a quienes la rodeaban.
Jacint Cormier fue un religioso de la Orden de Predicadores (Dominicos). Nombrado maestro general de la Orden, la gobernó prudentemente. Destacó por fomentar los estudios teológicos y espirituales. Falleció en el año 1916.
La fuente principal de información que tenemos sobre Llàtzer es el evangelio de Juan. Llàtzer, de Betania (Palestina), era un enfermo que vivía con sus hermanas María y Marta, quienes enviaron a decirle a Jesús: “Señor, Llàtzer está enfermo”. Al oírlo, Jesús dijo: “Esta enfermedad no es mortal, sino que es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado a causa de ella”. Cuando Jesús llegó, lo encontró ya en el sepulcro, donde llevaba cuatro días. Y a Jesús se le llenaron los ojos de lágrimas y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado”. Y habiendo dicho esto, gritó con voz fuerte: “¡Llàtzer, sal afuera!” Y delante de la gente que lo rodeaba, lo resucitó.
San Joan de Mata era de origen provenzal, nacido hacia el año 1160. Ordenado presbítero, fundó comunidades de clérigos y laicos que vivían juntos, y dedicaban un tercio de sus ingresos al rescate de cautivos de los musulmanes y al cuidado de los cautivos que regresaban enfermos. Aquellas comunidades se convertirían en la Orden de la Santísima Trinidad, o trinitarios, que fundó junto con san Félix de Valois para la redención de los cautivos. Falleció en Roma, el 17 de diciembre de 1213, y fue proclamado santo en 1666.