Hoy, día 17 de noviembre, celebramos la festividad de: santa Isabel de Hungría; de los hermanos san Iscle y santa Victoria, mártires; y la de san Gregorio Taumaturgo, obispo.
Isabel, santa “europea”, nació en 1207 en un contexto social de reciente evangelización. Hija del rey Andrés de Hungría fue casada a catorce años con Luis IV de Turingia con quien compartía el ideal franciscano. Después de la muerte del marido en las cruzadas en 1227, vivió pobremente y sirva a sí misma a los enfermos del hospital que fundó. Murió en Marburg en 1231.
San Iscle, que sufrió martirio durante la persecución de Diocleciano (304) en Córdoba. A veces venerado junto a una supuesta hermana Victoria, forma parte del conjunto de mártires más recordados, en la liturgia hispánica de los primeros siglos. Las reliquias veneradas en Breda, parece que procedían del monasterio de Vidreres, donde debían de haber sido llevadas por los vizcondes de Girona en 1017. Tiene muchas iglesias dedicadas al Principado, como una de las capillas primitivas de Montserrat, y las de los cinco municipios que llevan su nombre.
Y, finalmente, de san Gregorio Taumaturgo, cabe recordar que evangelizó la provincia romana del Puente, en la actual Turquía, a mediados del siglo III, y fue el primer obispo de su capital: Neocesarea. En 254 escapó de la persecución de Deci, huyendo a las montañas con buena parte de sus fieles. Fue conocido por su sabiduría, y de él se explican también muchos milagros, de donde le viene el apodo de “taumaturgo”, que significa “que hace milagros”.