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17 de diciembre de 2025 San Juan de Mata, San Lázaro de Betania, Beato Jacinto Cormier y Santos Ananías, Azarías y Misael

Hoy, día 17 de diciembre, celebramos la festividad de: san Juan de Mata, presbítero; de san Lázaro de Betania; del beato Jacinto Cormier; y de los tres jóvenes santos Ananías, Azarías y Misael.

San Juan de Mata, presbítero

Antes de la Orden de la Merced, nacieron los trinitarios con un carisma similar. Juan era de origen provenzal, nacido hacia 1160. Ordenado presbítero hacia 1193, el día de su primera Misa tuvo una visión de Cristo con dos cautivos a cada lado —un cristiano y un musulmán— que Él mantenía unidos en paz, indicando una misión de liberación. Esta experiencia marcaría toda su vida. Fundó comunidades de presbíteros y laicos que vivían juntos y dedicaban un tercio de sus ingresos al rescate de cautivos de los musulmanes y al cuidado de los cautivos que regresaban enfermos. Esas comunidades se convertirían en la Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de los Cautivos, o trinitarios, que fundó junto con el ermitaño san Félix de Valois.

Se cuenta que en uno de sus primeros viajes a África encontró a un joven esclavo que había perdido toda esperanza, y al verlo, nuestro santo simplemente le dijo: “Dios te ha visto. No estás olvidado”. Murió en Roma el 17 de diciembre de 1213, siendo proclamado santo en 1666.

San Lázaro de Betania

La fuente principal de información que tenemos sobre él es el Evangelio de Juan. Lázaro, de Betania (Palestina), era un enfermo que vivía con sus hermanas María y Marta, quienes enviaron a decirle a Jesús: «Señor, Lázaro está enfermo». Al escucharlo, Jesús dijo: «Esta enfermedad no es mortal, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella». Cuando Jesús llegó, lo encontró ya en el sepulcro desde hacía cuatro días. Y a Jesús, se le negaron los ojos y dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado» y, habiendo dicho esto, gritó con voz fuerte: «¡Lázaro, sal fuera!» y ante la gente que lo rodeaba lo resucitó.

Beato Jacinto Cormier

Nacido en Orleans en 1832 con el nombre de Henri-Dominique, tomó el nombre de Jacinto al ingresar en la Orden de Predicadores (Dominicos). De novicio era “un ángel”, pero de salud muy débil. Nombrado maestro general de la Orden, la gobernó prudentemente, impulsando la reforma de la orden dominicana a comienzos del siglo XX: “Dios no pide grandes cosas, sólo una gran fidelidad en las cosas pequeñas”. Destaca por fomentar los estudios teológicos y espirituales. El papa san Pío X lo llamó “el Santo de Roma” por su fe cristalina y su maravillosa habilidad para comunicarla, siendo consciente de que “predicamos mejor con lo que somos que con lo que decimos”. Murió el 17 de diciembre de 1916. Fue beatificado en 1994.

Santos Ananías, Azarías y Misael

Según el libro del profeta Daniel, eran tres jóvenes judíos en el exilio de Babilonia que se convirtieron en funcionarios de la corte del rey Nabucodonosor. Cuando se negaron a adorar la estatua de oro del rey, fueron lanzados a un horno ardiente, pero milagrosamente fueron protegidos por Dios, que les envió su ángel, y se paseaban entre las llamas, cantando himnos y bendiciendo al Señor.

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