Hoy, día 15 de septiembre, celebramos la festividad de: la Virgen de los Dolores (bajo las advocaciones de: Piedad, Soledad, Pía y María de la Cruz, de la Virgen del Mar); y la de san Nicomedes, mártir.
Al día siguiente de la fiesta de la Santa Cruz, contemplamos el dolor de María en el seguimiento de su Hijo, un dolor que culmina en la contemplación de su muerte. Al pie de la Cruz, la maternidad de María -cuyo alma, según la profecía de Simeón, fue traspasada por una espada- se extiende a todo el Cuerpo de Cristo, que es la iglesia. El dolor de María, muestra cómo la fidelidad al camino de Jesús, comporta compartí también la dureza y la oscuridad de su Cruz, para llegar con él a la vida.
El nombre de Mar como advocación mariana, es una de las más antiguas. Es un nombre abreviado de la Virgen del Mar, patrona de los marineros y de varios oficios náuticos. Hay pocos nombres que tengan, un poder de evocación tan inmediato y poderoso como éste; sugiriendo grandeza y profundidad con el significado evidente, del latín madre, “mar”.
San Nicomedes fue un mártir de Roma a quien el papa Bonifacio quinto, quiso honrar su sepultura, con un templo sepulcral en la vía Nomentana.