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15 marzo 2025 Santa Luisa de Marillac y santa Madrona

Hoy, día 15 de marzo, celebramos la festividad: de Santa Luisa de Marillac, religiosa; y la de santa Madrona, virgen y mártir.

Santa Luisa de Marillac, religiosa

Nació cerca de París en 1591 siendo hija natural de un caballero francés, pero reconocida por éste y educada en el seno de una familia de la nobleza francesa. Muy pronto tomó parte en los círculos del renacimiento religioso francés del siglo XVII, bajo el dominio absoluto del rey Sol.

Después de enviudar en 1626 renovó su consagración al Señor y bajo la guía durante ocho años de san Vicente de Paúl colaboró ​​en sus actividades misioneras y asistenciales, hasta que en 1629 el santo le confió visitar y animar a los equipos de «Señoras de la Caridad». Entendió a continuación que servir a los pobres era lo mismo que servir a Jesucristo. Esta dedicación se concretó posteriormente en la fundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad, que tenía una estructura innovadora que aunaba la perfección del claustro con las actividades externas. San Vicente dijo de ellas: “Vosotros, por monasterio, tenéis las casas de los enfermos y aquella donde reside la superiora; por celda personal, la habitación de alquiler; por capilla, la iglesia parroquial; por claustros, las calles de la ciudad; por clausura, la obediencia (…); por hábito, el temor de Dios; por velo, la santa modestia”. La santa se mantuvo en la lucha y el trabajo a favor de los pobres hasta casi los 70 años cuando murió en París un 15 de marzo de 1660.

Se inscribió en el canon de los santos en 1934 y en 1960 fue declarada patrona de las trabajadoras sociales y asistentes de ancianos y enfermos.

Santa Madrona, mártir

Seguramente fue una mártir de Tesalónica, en la Grecia de principios del siglo IV. Al parecer, era la esclava de una mujer que, al descubrir que Madrona era cristiana, la ató y mató a golpes. Sus reliquias, llevadas a la edad media por unos mercaderes hacia Marsella, fueron a parar a Barcelona a causa de una tormenta. Recaladas pues en Cataluña a finales del siglo IX, fueron colocadas en una capilla al pie de Montjuic, de donde arrancó un culto que fue muy popular especialmente entre la gente de mar, hasta el punto de que determinadas biografías posteriores, la consideraron hija de la ciudad de Condal y llegando incluso a ser declarada patrona de la ciudad.

A partir del siglo XVII, debido a las guerras y otras causas diversas, sus reliquias fueron peregrinando por diferentes edificios religiosos de la ciudad hasta que, ya a finales del siglo XIX, descansan en la parroquia de Santa Madrona del Poble Sec de Barcelona. Sus atributos iconográficos son la palma del martirio y un barco con bandera de Barcelona.