Hoy podemos cantar cuán grande es María y, con todo, podemos tener la sensación de que las palabras se nos quedan cortas para expresar el don de Dios a Ella, y, a través de Ella, a todos nosotros. La Iglesia utiliza las palabras del Apocalipsis en el que se describe la lucha triunfante de la mujer sobre el dragón. El texto termina así: «Ahora se ha establecido la salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo».
Señor, que cuando miremos a María, admiremos su grandeza y tu don inmenso.