Hoy, día 14 de abril, celebramos la festividad de san Lamberto, obispo; y la del beato Pedro González Telmo (san Telmo), religioso.
San Lamberto, obispo; y la del beato Pedro González Telmo.
En el siglo VII, fue enviado por sus padres a educarse en la corte del rey franco Clotario III, pero años más tarde tomó el hábito monástico en la abadía de Fontanelle, de donde fue el segundo abad. Hacia el año 679 fue elegido obispo de Lyon y murió alrededor del año 688.
Beato Pedro González Telmo (san Telmo), religioso.
Nació en Frómista, Palencia, hacia el año 1185. De buena familia y, tras estudiar en la Universidad de Palencia, fue ordenado sacerdote, designado canónigo y más tarde nombrado deán de la catedral: “Contento con el honor de haber alcanzado tal dignidad, y con cierta ligereza de ánimo, ricamente vestido, montó un caballo muy bien adornado y, paseando así por las calles de dicha ciudad, el caballo se desbocó y lo arrojó a un muladar”, siendo motivo de gran burla. El impacto de este hecho lo cambió radicalmente, al considerar cuán rápido podía ser el tránsito entre la fama y el deshonor, volviéndolo humilde. Así pues, renunció a todo y pidió ingresar en la orden dominica, donde se dedicó a predicar por el norte peninsular.
También promovió diversas obras de utilidad pública, como la construcción de puentes sobre los ríos. El rey Fernando III, el Santo, lo llamó a su lado en varios momentos de sus campañas de reconquista, cuidando de los soldados. Enviado a Galicia y Portugal, llevó a cabo una gran labor misionera, especialmente entre marineros y pescadores, hasta que murió en Tuy hacia el año 1246.
Su culto surgió de manera espontánea y se extendió muchísimo, especialmente entre la gente del mar. Fue beatificado en 1741. Con el paso del tiempo, su nombre se fusionó con el del obispo mártir san Erasmo (Sant’Ermo en italiano), y finalmente evolucionó a san Telmo, como se le conoce hoy. Iconográficamente, se le representa con el hábito dominico y un barco en la mano.