Hoy empezamos a leer la carta que Pablo dirige a los corintios. En su saludo insiste en que Dios es confort, es consuelo, pero también es participación en los sufrimientos de Cristo. Y termina: «Nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos si compartís los sufrimientos, también compartiréis el consuelo». Estas palabras de Pablo, ¿serían apropiadas si fueran dirigidas a ti? ¿Qué haces para compartir los sufrimientos de Cristo y su consuelo?
Señor, que sepa ver tus sufrimientos y tu consuelo; enséñame a saberlo compartir.