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11 marzo 2025 San Eulogio de Córdoba y San Sofronio

Hoy, día 11 de marzo, celebramos la festividad de San Eulogio de Córdoba, mártir, y de San Sofronio, obispo de Jerusalén.

San Eulogio de Córdoba, mártir

Nació en la Córdoba de comienzos del siglo IX, durante la dominación musulmana de los Omeyas, que en aquella época permitía profesar privadamente la fe cristiana, tener jerarquía y acceso a cargos públicos, pero no manifestarla públicamente, ni predicarla, ni hacer proselitismo.

Formado en la escuela basilical de San Zoilo, fue ordenado presbítero y pudo viajar por toda la Península, lo que aprovechó para recoger experiencias, conocer la mentalidad de los cristianos libres y adquirir libros latinos para las escuelas cristianas de Córdoba. Cuando Muhammad I accedió al trono, endureció las medidas contra los cristianos, y San Eulogio tuvo que cambiar frecuentemente de residencia. Durante este tiempo, recopiló documentación sobre los cristianos martirizados, que fue publicando en su libro Memorial de los mártires.

Tras acoger a una mujer de familia noble musulmana que se había convertido al cristianismo, fue juzgado y se negó a abjurar de su fe cristiana:

«Ah, si supieras los inmensos premios que nos esperan a los que proclamamos nuestra fe en Cristo, no solo me dirías que debo dejar mi religión, sino que tú dejarías a Mahoma y comenzarías a creer en Jesús. Yo declaro aquí solemnemente que hasta el último momento quiero amar y adorar a nuestro Señor Jesucristo.»

Un soldado le dio una bofetada en la mejilla derecha, y él mostró la izquierda, que también fue golpeada.

Murió decapitado el 11 de marzo del 859 y, posteriormente, sus reliquias fueron trasladadas a Oviedo. San Eulogio es considerado doctor de la Iglesia Mozárabe y patrón de Córdoba y de Oviedo.

San Sofronio, obispo de Jerusalén

Nació en la segunda mitad del siglo VI y fue monje de San Sabas, pero pronto marchó a Palestina, Egipto, el Sinaí y Antioquía para conocer otros monasterios. Fue el destinatario del célebre libro El prado espiritual, de Juan Mosco. Combatió la herejía monotelita, que sostenía que Cristo tenía solo la voluntad divina y no dos (humana y divina).

Ejerció como patriarca de la Iglesia de Jerusalén aproximadamente desde el año 629. Negoció la capitulación de la ciudad ante los ejércitos musulmanes comandados por el califa Omar en el año 638, a cambio de que la población y los santuarios fueran respetados, lo cual se cumplió con la condición de pagar un tributo. Se dice que, cuando estaba ante la puerta de la Iglesia del Santo Sepulcro, invitó a Omar a entrar, pero este se negó, argumentando que, si lo hacía, sus seguidores la convertirían en mezquita (como efectivamente ocurrió con otras iglesias en las que entró).

Es considerado el último heredero de la tradición monástica palestina y es autor de numerosas cartas, sermones, poemas, comentarios y tratados. Falleció poco después, hacia el año 640.