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11 de mayo 2025 san Anastasio, santos abades de Cluny, san Eudaldo, san Poncio y del beato Gregorio de Verucchio

Hoy, día 11 de mayo, celebramos la festividad de: san Anastasio, mártir; de los santos abades de Cluny; de san Eudaldo, mártir; de san Poncio, obispo y mártir; y del beato Gregorio de Verucchio, laico.

San Anastasio, mártir

Según una tradición bastante tardía, Anastasio nació en el siglo III en la Ilerda romana (Lérida). De joven se alistó en el ejército romano, llegando al rango de centurión, y en Roma abrazó la fe cristiana. Después de abandonar la milicia, en tiempos de la persecución de Diocleciano, al no renegar de la fe cristiana fue detenido en Lérida y posteriormente trasladado a Tarraco y Bétulo (Badalona), donde fue martirizado un 11 de junio junto a otros 73 compañeros.

La ciudad de Lérida lo venera como patrón desde el año 1587. En Badalona, aunque ya se celebraban fiestas desde 1635, no fue hasta 1672 que fue declarado copatrón. San Antonio M. Claret, en un panegírico al santo, dijo: “sin esperar la ocasión del martirio, recordad que el mismo espíritu que hizo a los mártires, debe animaros en las tentaciones más comunes de la vida”.

Los santos abades de Cluny

Se trata de cinco abades de Cluny que, entre los siglos X y XII, destacaron por su santidad y capacidad organizativa. Son los abades: Odon, Maiolo, Odilón, Hugo y Pedro el Venerable. Hicieron del monasterio un centro de reforma monástica que, con distintos grados de vinculación, llegó a influir sobre unas dos mil casas. Los valores espirituales cluniacenses se centraban en la búsqueda de Dios por sí misma, y en la dimensión poética y artística de la vida.

San Eudaldo, mártir

San Eudaldo, también conocido como san Thou, según la leyenda nació en Lombardía en el siglo V y a los diecisiete años fue investido como guerrero. Paseando por el bosque, conoció a san Pancracio, que vivía como anacoreta, y lo convirtió al cristianismo. Siguió a su maestro hasta Portvendres y no se separó de él hasta su muerte. Luego se trasladó a Toulouse, donde fue ordenado sacerdote. Pero eran tiempos de auge para los arrianos, y Eudaldo fue arrestado por el obispo arriano de Narbona. Sus gozos decimonónicos relatan su martirio, y fueron cantados hasta hace poco en Ripoll, del que es patrón desde el año 1002, y donde se conservan sus reliquias. El algodón de san Eudaldo, repartido en la fiesta mayor, se considera dotado de poderes curativos.

San Poncio, obispo y mártir

Los relatos del martirio de san Poncio se basan en una homilía pronunciada por san Valeriano, obispo de Niza, en el siglo V. Poncio, obispo de Cimiez (hoy Niza), fue hecho prisionero en el año 258 por el prefecto Claudio, quien lo ejecutó. A partir del siglo X, el culto al santo se difundió ampliamente por Occitania, con la fundación del monasterio de San Poncio de Thomières, cerca de Montpellier, en su honor. Muy popular entre los herbolarios catalanes, dio nombre a una planta: el “poniol” (o ramo de san Poncio), en castellano «poleo».

Beato Gregorio de Verucchio, laico

El beato Gregorio de Verucchio (siglo XIII), conocido también como Gregorio Celli, porque parece que provenía de la casa Celli, nobles de Verucchio, en Italia, quedó huérfano a los tres años y a los quince ya vestía como laico el hábito de los ermitaños de san Agustín. Fue oficialmente beatificado en el siglo XVIII, en el año 1769.