Hoy también nos ha explicado la carta a los Hebreos nuevos aspectos de la misión de Jesucristo. «Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo». Y, más adelante dice: «Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo». Así pues, nos libera de la muerte para hacernos libres; es sumo sacerdote compasivo; y expía los pecados.
Señor, muéstrame el camino para recibir el don de la libertad, el de sentirme compadecido y el del perdón para la expiación.