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10 de septiembre de 2025 San Nicolás de Tolentino y beatos Jacinto Orfanel, Domingo Castellet, Luis Exarch y compañeros

Hoy, día 10 de septiembre, celebramos la festividad de: san Nicolás de Tolentino, religioso; y la de los beatos Jacinto Orfanel, Domingo Castellet, Luis Exarch y compañeros, presbíteros y mártires.

San Nicolás de Tolentino, religioso

Nació en el año 1245 en Sant’Angelo in Pontano, situado en el centro de Italia. Ingresó en 1256 como oblato en la recién fundada orden de los agustinos, y quince años después comenzó el noviciado. Fue ordenado sacerdote en 1269 y dedicó su vida al apostolado, centrando su tiempo en la meditación y la oración, así como en la atención a los enfermos y necesitados, llevando una vida de rigurosa disciplina que lo acercó a otros místicos cristianos.

Practicaba la abstinencia: ayunaba cuatro días a la semana comiendo solo pan y agua; y el resto de días se abstenía de comer carne, leche, pescado y verduras. Solo probaba la carne cuando se lo ordenaban por obediencia (aunque una vez le llevaron dos perdices asadas, y dirigiéndose a ellas, les ordenó: “seguid vuestro camino”. Inmediatamente, las perdices salieron volando). Asiduo en la mortificación, se flagelaba diariamente. Amante de la pobreza, solo tenía un hábito, completamente remendado, aunque limpio, ya que procuraba coserlo cuando era necesario.

Nunca salió de su tierra natal, pero eso no fue obstáculo para que se convirtiera en el prototipo del religioso agustino, debido a su fama de santidad y a su gran popularidad como taumaturgo. Murió el 10 de septiembre de 1305 en Tolentino, Italia, y fue declarado santo en 1446. Su culto se difundió ampliamente en Francia, Flandes y el mundo hispánico gracias a la labor de la orden de San Agustín.

Beatos Jacinto Orfanel, Domingo Castellet, Luis Exarch y compañeros, presbíteros y mártires

El 10 de septiembre de 1622 sufrieron martirio en una colina de Nagasaki, Japón, un grupo de 52 cristianos, tanto autóctonos como extranjeros, religiosos y laicos. Hoy también se conmemora la memoria de otros mártires de aquella época. Años después de la evangelización de san Francisco Javier, el cristianismo en Japón quedó a merced de las vicisitudes políticas y económicas, con períodos de persecuciones y crueles martirios.

Los tres mártires que destacamos eran frailes dominicos, predicadores y misioneros en Filipinas y Japón, donde murieron quemados vivos entre 1622 y 1628. Jacinto Orfanel, originario del Maestrazgo, dejó numerosos escritos sobre la historia cristiana en Japón. Domingo Castellet era natural de Esparreguera y Luis Exarch de Barcelona.

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