Hoy, día 1 de diciembre, celebramos la festividad del profeta del Antiguo Testamento Nahum; y la de san Eloy, obispo.
Nahum, ejerció su misión en el siglo VII antes de la era cristiana, confesando la fe y la esperanza de los israelitas en el juicio de Dios, que triunfa del mal y libera a su pueblo oprimido.
San Eloy, nació en el año 588 en Chaptelat, Lemosín. Consejero de los reyes merovingios Clotari II, y Dagobert I, fue también un experto orfebre, que contribuyó a la edificación y ornamentación de monasterios e iglesias. Hombre de gran caridad, dejó la corte para convertirse en sacerdote. En 641 fue consagrado obispo de Noyon y Tournai. Convirtió a un gran número de germánicos al cristianismo. En los Països Catalans, el patronaje de san Eloy, se extendió a la edad media, especialmente, entre quienes practicaban los oficios del metal. Entre las numerosas capillas que le fueron dedicadas, se destaca la ermita de Sant Eloi, de Tàrrega. Muere en Noyon, Isla de Francia en 660.