Hoy, día 29 de octubre, celebramos la festividad de: san Narcís, obispo y mártir; y de la beata M. Àngels Ginard Martí, religiosa y mártir.
Narcís, supuesto obispo y mártir, venerado en Girona, los detalles de su vida son legendarios. Es probable que sea un desdoblamiento del obispo Narcís de Jerusalén, de los siglos III-IV. La leyenda de san Narcís, fruto de sucesivas ampliaciones, nos dice que nació en el siglo III, probablemente en Alemania, fue obispo de Augsburgo y de Girona, ciudad a la que se trasladó para predicar la palabra de Dios, y que, según la tradición, sufrió martirio con tres puñaladas mientras celebraba misa, durante la persecución de Diocleciano, a inicios del siglo IV. Otros testimonios antiguos del culto a san Narcís incluyen un escrito del obispo Berenguer, del siglo XI, que menciona este culto en respuesta a un abad de Baviera, quien pedía noticias debido a la relación del santo con la mártir bávara santa Afra, a quien Narcís logró convertir al cristianismo; y el de Oliba, obispo de Vic, quien predicó un sermón en honor a san Narcís en Girona, alrededor del año 1043.
M. Àngels Ginard Martí nació en Llucmajor (Mallorca) el 3 de abril de 1894. En 1921, tras obtener el permiso de sus padres, ingresó en el postulantado de las Celadoras del Culto Eucarístico en Palma. La adoración al Santísimo Sacramento, que es la finalidad de la congregación religiosa a la que había ingresado, llenaba su vida. Cuando estalló la guerra civil, sor M. Àngels Ginard estaba en Madrid; allí fue detenida y llevada a la “checa” de Bellas Artes. En la madrugada del 26 de agosto de 1936, fue fusilada por un grupo de milicianos en la Dehesa de la Villa. Firme en la fe, se ofreció como mártir, si esa era la voluntad de Dios. Fue declarada beata en 2005.