Génesis 15:1-6; 21:1-3
Abrahán deseaba tener descendencia pero veía que, por la edad suya y la de su mujer, difícilmente lo conseguiría: vivía en un escepticismo: «Señor, ¿de qué me sirven tus dones si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amor de mi casa?». El Señor le respondió: «No heredará ése, sino uno salido de tus entrañas». El relato nos dice que: «Abrahán creyó en el Señor y se lo contó en su haber». ¿Dentro de ti hay sentimientos de escepticismo? Acuérdate de Abrahán.
Como dice la respuesta del salmo responsorial: El Señor, nuestro Dios, recuerda siempre la alianza.