Hoy, día 22 de enero, celebramos la festividad de san Vicente, diácono y mártir.
Vicente nació en Huesca en el siglo III. Sus padres le entregaron a Valeri, obispo de Zaragoza, para que éste lo educas en la fe cristiana. Fue nombrado diácono de la diócesis y por su cultura y capacidad oratoria, tenía encomendada especialmente la misión de predicar el evangelio.
En aquella época, en los primeros años del siglo IV, el cristianismo todavía no estaba tolerado por el imperio romano, y de vez en cuando, se iniciaban campañas represoras y violentas, las famosas persecuciones. Según las actas del martirio ficticias, pero provenientes de originales más verídicos, el mártir más famoso de la Península Ibérica y que fue venerado en todo el mundo cristiano, sería Vicente, archidiácono de Zaragoza, que en la persecución de Diocleciano fue conducido a Valencia , encarcelado y martirizado cruelmente por orden imperial, junto con su obispo Valeri. Murió a causa de las torturas hacia el año 304.